Nacimiento y brazos vacíos
“El embarazo transcurrió sin incidentes y hasta esta mañana siempre había sentido al bebé moverse. Hoy fue diferente; El bebé estaba tranquilo, muy tranquilo. A la hora del almuerzo notó que no había sentido que el bebé se moviera en toda la mañana. Una visita al consultorio de su médico reveló que a las treinta y ocho semanas de gestación no se podían encontrar los latidos del corazón del bebé. La enviaron inmediatamente al centro de maternidad del hospital. Mientras esta madre experimentaba una niebla de emociones, se indujo el parto. Diez horas más tarde, dio a luz a una hermosa hija: ocho libras y tres onzas, perfectamente formada, pero nació muerta” (compartido por una familia desconsolada).
No existe una definición universalmente aceptada de edad fetal para definir la muerte fetal. Varía de veinte a veintiocho semanas de gestación. “La incidencia informada de muerte fetal varía significativamente entre estudios de diferentes países y dependiendo de las definiciones utilizadas, pero generalmente oscila entre 3,1 y 6,2/1000 nacimientos o 1 en 160 partos” (Tavares Da Silva et al., 2016). La pérdida del embarazo, incluso al comienzo del segundo trimestre, puede provocar una lactancia inesperada.